Cultura

SOFÍA COPPOLA: LA BELLEZA DE LO GENUINO

Hija de Francis Ford Coppola, nació rodeada de cámaras, actores, directores y claquetas.

 

A pesar de tener una herencia cinéfila, ella buscó su propio camino hasta descubrir que quería dedicarse al cine y encontró un estilo propio, un sello personal que la diferencia del camino recorrido por su padre y la convierte en una de las directoras de cine más exitosa, sensible y con un gran manejo de la estética de los últimos tiempos.

Taurina nacida el 14 de mayo de 1971 en Nueva York, Sofía Coppola es una mujer con sensibilidad y carácter. Desde chica estuvo inmersa en el mundo del cine, no solo por su padre, el director de El Padrino, sino también por su primo, el actor Nicolas Cage, y su tía, la actriz Talia Shire. Así fue como desde pequeña tuvo apariciones en la pantalla grande; como bebé fue parte del elenco del primer film de la saga El Padrino (1972).

En diferentes entrevistas contó lo divertida que fue su infancia para ella: «era excitante tener tantas personas creativas siempre alrededor, mis padres nos llevaban a todos lados, y así me fui contactando con muchas culturas y personas diferentes. Hasta iba a la casa de Akira Kurosawa cuando era una niña». Y así también tuvo sus diferentes papeles entre los ’80 y los ’90 como pequeña actriz en películas como «El Padrino II», «El Padrino III», «Rebeldes», «La Ley de La Calle», «Cotton Club», «Peggy Sue se casó», y hasta en el corto dirigido por Tim Burton, «Frankenweenie». Por su última actuación en el Padrino recibió críticas negativas, y a ella no le importó, sino que redobló la apuesta y aclaró que nunca había querido ser actriz, que no le interesaba realmente.

Tiempo después la pequeña actriz decidió estudiar arte y en un ejercicio de la facultad tuvo que hacer un corto que la hizo descubrir que el cine mezclaba todos sus intereses: arte, diseño, fotografía, música. Y así se divirtió como diseñadora de vestuario de algunas películas de su padre como «Historias de Nueva York» y años más tarde leyó el libro «Las vírgenes suicidas», disparador de su primera película.

«Vírgenes suicidas» (The Virgin Suicides) (1999) fue el debut de Sofía como directora. Una agridulce y trágica historia que ilustra el destino de unas hermanas casi perfectas que emanan una atmósfera de deseo, sexo, miedo, obsesión, pasión y muerte, en la que quedan atrapadas sin salida. Con esta película Coppola dejó en claro su gran poder de indagación psicológica y sembró un patrón común en todo lo que hizo después: temas como la soledad, la identidad, la ambigüedad del ser humano, la infelicidad, la indefinición, la incomodidad, la incertidumbre. Todos estos condimentos se combinan de una manera perfecta en todo lo que Sofía cuenta, acompañados por bandas sonoras de alta calidad.

Ya en 2003, su película “Perdidos en Tokio” (Lost in Translation) la llevó a convertirse en la ganadora de un Oscar como guionista y en la cuarta mujer en la historia del cine nominada a un Oscar como directora. Una película con Scarlet Johansson y Bill Murray que retrata la soledad de una manera simple y profunda al mismo tiempo en la inédita y exótica ciudad de Tokio. En 2006 volvió a poner como protagonista a una de sus musas, Kristen Dunst, en «María Antonieta» (Marie Antoinette). El desafío cumplido en este caso fue el de traer a la actualidad un clásico con frescura, inteligencia y picardía.

Sofía cuenta que cuando termina una película, la siguiente es una reacción a la anterior. Por eso eligió pasar de María Antonieta, una historia llena de personajes, a «Somewhere – En un rincón del corazón» (2010), que narra el encuentro entre un actor famoso deprimido y una hija que cambia su vida por completo. Este último film le llevó a dar un giro inesperado: hacer una película inspirada en un hecho real; un grupo de jóvenes obsesionados con la fama y el glamour empiezan a intrusar las casas de sus ídolos famosos para robarles sus más preciadas prendas y objetos y poder vivir así un poco de todo ese mundillo. El resultado es «Adoro la fama» (The bling ring) (2013), donde Sofía se permite retratar la frivolidad casi sin transmitir sentimientos, como si fuera una informante de un hecho actual. Acá el juego o la trampa está en esa sensación de vacío que transmiten los actores, que se presentan, superficiales, atrapados en su obsesión por la fama.

Mientras sus películas proliferaban, Coppola pasó por diferentes amores que tal vez también fueron fuente de inspiración para ella: estuvo casada con el director de cine Spike Jonze, y años después se separó y tuvo una relación con Quentin Tarantino. Hoy es la mujer de Thomas Mars, el cantante de la banda Phoenix, que forma parte de muchas de las bandas sonoras de sus películas.

En 2015 volvió a llevar a su actor fetiche, Bill Murray, en un especial navideño, «A very Murray Christmas». Su próximo gran salto lo dará en 2017 con «The Beguiled», una remake de «El seductor», con Nicole Kidman, Kirsten Dunst y Elle Fanning. Ella define su trabajo de una forma contundente: «yo trato de imaginar lo que quiero que se vea y lo llevo a la película». Quizás sea este el secreto de la sensibilidad, espontaneidad e identificación que hay en cada una de sus películas; historias que parecen contadas desde lo más visceral, con un vuelo poético y sensible que se construye de modo natural. Una autenticidad y una belleza tan simples como necesarias para nuestros ojos.

Filmografía:

1996 – Bed, Bad and Beyond (corto)

1998 – Lick the star (corto)

1999 – Las vírgenes suicidas (The virgins suicides)

2003 – Perdidos en Tokio (Lost in translation)

2005 – VOID (Video Overview in Deceleration) (Segmento de “This Here Giraffe”)

2006 – María Antonieta (Marie Antoinette)

2010 – Somewhere – En un rincón del corazón

2013 – Adoro la fama (The Bling Ring)

2015 – A very Murray Christmas

2017 – The Beguiled (en proceso de pre-producción)

 

Mayo 2016