El trabajo de Victoria Parrella está impulsado por la creación de un mundo inocente en el que la armonía se ve amenazada por un universo natural que esconde algo siniestro y doloroso y se entrelaza con lo sobrenatural. Vicky nació en Buenos Aires y sus obras son sobre todo en acuarela sobre papel pero también le gusta crear con acrílico en lienzo.
¿Cómo decidiste ser artística plástica? ¿Y qué hay de esa motivación que sigue hasta hoy?
No sé si lo decidí conscientemente, a mí de chica siempre me gustó el arte, estudié Diseño Gráfico para tener una carrera universitaria, pero el dibujo y el arte siempre me rodearon.
Me gusta expresarme y comunicar, como diseñadora es la base de mi trabajo, y como artista o ilustradora, hago lo mismo pero jugando.
¿Estudiaste artes plásticas o algo más que te haya ayudado a avanzar en este camino?
Las historietas, los libros ilustrados y mi consumo de cuentos cortos son mi gran base en lo que comunico en el arte. De adolescente tuve un antes y un después de leer La gallina degollada de Horacio Quiroga. Ese punto entre la inconsciencia y la conciencia es mágico y de grande me formé como historietista en la Escuela de Dibujo de Garaycochea, y con diversos artistas plásticos.
Tus obras tienen mucho de infantil y de inocente, de hecho la mayoría tienen a una niña (o quizás son varias) como protagonista. ¿De dónde surge la inocencia de los personajes que dibujás, qué te inspira?
Esa niña soy inicialmente yo, son autorretratos de mi infancia que plasman la inocencia en la que lo lúdico cobra protagonismo y la ternura y cierta maldad se mezclan. Después mis hijos se apoderaron de los dibujos, empezaron a aparecer en ellos.
Los personajes siempre están de frente porque me gusta que la conexión de la mirada sea un espejo con el espectador y sea él quien termine la historia.
¿Hay algún motivo por el que la mayoría sean niñas, mujeres y no varones?
Sí, porque como dije antes, esa niña, surge de mí, aunque mi hijo varón me obligó a incorporar al niño, lo cual fue un desafío que agradezco porque lo disfruto mucho.
En tus obras aparecen también animales: sapos, sapos voladores, chanchos y otros, ¿cómo llegan los animales a tus obras?
Amo los animales, amo su instinto, su naturaleza. De chica amé los sapos, los chanchos son mis favoritos. Me gusta recrear historias que rememoran mi niñez y de niña, cuando jugaba, siempre había animales. Me gusta traspasar la barrera de la realidad y que el cuadro pase a ser un cuento.