Cultura

Sleep no more: teatro para armar

En cartel desde 2011, no pierde vigencia ni público. Sleep no more sigue dando que hablar seis años después de su estreno en la gran manzana.

 

Misteriosa y muy poco convencional, esta particular adaptación inglesa de Macbeth desembarcó en Nueva York para permanecer durante solo seis semanas en cartelera y fue un éxito. En 2016 arrancó su sexta temporada y le imprimió su sello al barrio de Chelsea con su hotel McKittrick, donde todo sucede.

En la obra hay sexo, asesinatos, brujas, ataúdes y un elenco de 23 actores en acción aunque el público nunca los ve a todos juntos. Los espectadores, en silencio y con máscaras venecianas, transitan libremente cada una de las habitaciones. No hay un recorrido ni un orden establecido, cada uno decide cuál será su ruta, qué escena se quedará viendo o cuál se salteará.

Las escenas de sexo y de violencia son las más buscadas y las más evitadas al mismo tiempo. Para quienes prefieran no verlas, pueden salir por un rato al bar que permanece abierto durante toda la función, que dura cerca de tres horas.

Enigmática y con detalles de thriller psicológico, el New York Times comparó presenciar Sleep no more con la ingesta de estimulantes. Por su parte, Daniel Ghillione, un espectador que vio la obra en 2015 comentó que “es claramente una de esas experiencias que no se olvidan fácilmente. Desde el inicio el ambiente te transporta a un mundo paralelo en el que, detrás de una máscara, tu cuerpo se hace invisible como por arte de magia. La historia cumple un papel secundario en esta oscura obra de arte que tiene a un hotel como escenario y a los huéspedes como principales guionistas”.

Gabriela Poggi, otra espectadora agregó que “Cada uno puede moldear la experiencia a su gusto. Hay quienes van mil veces, toman notas, siguen a un personaje específico. En mi caso, intenté no contaminarme demasiado de las anécdotas de otros espectadores. Fui sin saber qué esperar. Y me resultó fascinante ir descubriendo por mi cuenta dejando que la acción se desplegara con su propio ritmo, sin forzar nada”.

La compañía

Esta obra es una puesta de la compañía británica Punchdrunk, que se jacta de adaptar para sus piezas obras clásicas que la gente pueda conocer de antemano como Macbeth, Antígona o La Tempestad. A este tipo de obras o de puestas en escena se las llama teatro de inmersión, una mezcla de performance e instalación en el que el espectador tiene un rol activo y decide qué ver y a dónde ir. A Félix Barrett, director de la compañía, le aburría la idea formal de ir al teatro y ocupar una butaca, y quiso proponer una opción en la que el espectador fuese protagonista. Una especie de elige tu propia aventura pero en carne y hueso.

The Heath, suspenso anticipado

El hotel McKittrick cuenta con su propio restaurant, The Heath, abierto al público aunque también, ofrecen la opción comida y obra. The Heath tiene luz tenue y una banda en vivo que ameniza muy bien la velada y nos hace viajar a otra época con sus canciones y su look. Los músicos de Heathens -así se llama la banda- visten sacos blancos y su cantante, la única mujer del grupo, un vestido del mismo color. El menú presenta típicos platos ingleses: pie de champignones, frituras varias y pata asada de cordero son algunas de las propuestas.

Quienes elijan el combo cena + obra, se irán adentrando de a poco en lo que vendrá. “Durante la comida, me sacaron de mi mesa y me entregaron un mensaje. Después, cuando terminamos de comer, todos subimos a un ascensor y en un momento, abrieron la puerta y me bajaron sola en un piso oscuro”, comenta Soledad Fernandez, una espectadora que al ratito, se reencontró con su grupo para seguir el recorrido.

 

Más información:

Atención. Las entradas se sacan con bastante anticipación.

www.sleepnomore.com

mckittrickhotel.com

 

Junio 2016