El verano terminó, pero la pasión por el café infusionado en frío sigue intacta. Es un hit que atrae a unos cuantos fanáticos de la creatividad cafetera, por su particular sabor y ligereza. En la nota te contamos dónde podés tomar los mejores de Buenos Aires.
El café infusionado en frío es una costumbre nacida en Inglaterra, Estados Unidos y Australia que desembarcó hace pocos años en los cafés más innovadores de Buenos Aires, y se instaló con un éxito que hoy hace que aunque el verano haya terminado, siga siendo uno de los hits de la creatividad cafetera. La clave de su sabor tan particular está en que es un café molido que se infusiona con agua a temperatura ambiente durante varias horas, entre 12 y 24. Al no infusionarse con agua caliente, el amargor es más bajo que el del café caliente tradicional, y se despiertan otras propiedades, como un cierto sabor ahumado y una acidez plácida, no invasiva. Es refrescante, energizante y natural. El ColdBrew se sirve en botellitas, en vaso o pinta y también se usa para crear tragos fríos con café súper originales. Te presentamos cuatro bares cafeteros de Buenos Aires donde podés probarlo:
COFFEE TOWN – BOLIVAR 976 / LIBERTAD 1260 / JURAMENTO 1717
Nacido en el Mercado de San Telmo, surgió de la iniciativa de un grupo de baristas y maestros tostadores que junto a los únicos catadores profesionales del país quisieron volcar todo su conocimiento y su investigación sobre varietales alrededor del mundo en crear un bar original, relajado pero con la sofisticación de quienes realmente se apasionan con un grano de café. Sirven cafés con puntuaciones de cata Grand Cru, de Especialidad y Premium. De todas sus creaciones el coldbrew es una de las más pedidas, y lo preparan con una especie de alambique, por goteo, en una infusión de 18 horas. Después lo embotellan para conservarlo mejor y por más tiempo. Lo sirven en vaso, o en botella, solo o con tónica, que deviene en una suerte de gaseosa con mejor sabor que la industrial. Recomiendan acompañarlo con su scon de queso parmesano y ciboulette, o con su roll de canela.
NEGRO CUEVA DE CAFÉ – SUIPACHA 637, MARCELO T. DE ALVEAR 790, TUCUMÁN 1327, TTE. GRAL PERÓN 489
“Café rico” es el leitmotiv de Negro, y bien saben llevarlo como estandarte. Ubicado en distintos puntos punto neurálgicos del centro y microcentro de la ciudad, su estética fusiona el estilo y el know how de los cafés neoyorkinos, con un toque bien porteño. Es el elegido por quienes quieren tomar un café de paso antes de llegar al trabajo, por turistas y aficionados del café de especialidad. Fernando Lozano, barista reconocido en la escena cafetera local, es el gerente del lugar. Él afirma que eligió que el cold brew esté en la carta porque es la manera más limpia de reconocer un café, de disfrutarlo tal cual es; al no tener notas amargas no es invasivo, y su sabor es suave. Su idea es que la acidez y el poco cuerpo de esta especialidad de café frío hagan que una persona pueda terminar el vaso sin sentir que el sabor satura.
Su proceso de elaboración es a partir de fermentadores; dejan el café estacionado en agua a temperatura natural alrededor de 12 horas. Eligen una molienda bien grande para que invada de forma gradual el agua y el sabor no se vuelva invasivo. Tras doce horas, lo filtran con mallas específicas para cold brew. Lo sirven con naranja y limón, con leche y caramelo, o solo. Recomiendan maridarlo con el pan con queso gratinado.
CAFÉ REGISTRADO – COSTA RICA 5901
Si bien tiene un año de apertura, el laboratorio cafetero a cargo de María Esther López Casarez está posicionado como uno de los laboratorios de café más innovadores y profesionales de Buenos Aires. Ella define el bar como una verdadera fábrica, porque ahí adentro pasa de todo: se elabora, se venden casi diez variedades diferentes y equipos para preparar tu café en casa, y al mismo tiempo cuentan con un centro de entrenamiento reconocido por la Specialty Coffee Asociation. Todos estos factores los llevan a ser expertos también en cold brew. Lo preparan dos o tres veces por semana, empleando diferentes orígenes, cultivares, y procesos. Cada semana los modifican para brindar diferentes experiencias sensoriales a los clientes. Tienen dos sistemas distintos de preparación: el Cold Drip y el Toddy. Ofrecen Cold Brew, Cold Brew Latte y Fede Cold Brew: una mezcla de sabor, frescura y cafeína digna de ser degustada, creada por Federico Grajales, uno de sus baristas líderes.
Esther defiende el consumo de cold brew durante todo el año, en cualquier momento, de mañana, tarde o noche. Puede ser una bebida para acompañar el desayuno, el almuerzo o la cena. Ella recomienda maridarlo con alguno de los budines de la carta, especialmente con el de chocolate blanco y frutos rojos: el maridaje entre la acidez de los frutos y la sedosidad propia del Cold Brew crean una sintonía de sensaciones muy interesantes.
LAB TOSTADORES – LAB TRAINING CENTER AND COFFEE SHOP (HUMBOLDT 1542),
LAB NEW AMERICAN CUISINE AND COFFEE SHOP (ECHEVERRÍA 1550)
Un verdadero laboratorio de tostado de café de gran calidad que investiga y desarrolla las técnicas de extracción más modernas, con un coffee shop y un training center en constante evolución. La ambientación, el sabor de sus variedades, y la pasión por el café se conjugan para brindar una experiencia diferente. Por eso no se podían quedar atrás en incorporar el cold brew. Fue uno de los primeros cafés de Buenos Aires en ofrecerlo. Tienen una especialidad súper innovadora llamada Cold Brew Nitro, que es café infusionado en frío con nitrógeno, que da como resultado una bebida cremosa y burbujeante. Se sirve frío en una pinta, ¡recién salido del barril! También cuentan con una botellita que parece guardar una pócima mágica: el Kombucha Living Coffee, un café frío fermentado 100% natural de origen milenario, en donde se generan microorganismos probióticos que fortalecen el sistema inmunológico, ayudan a desarrollar la flora intestinal y aportan Vitamina B. En eventos especiales usan el cold brew como base para tragos con alcohol como el Cold Brew Negroni Tonic.