Un lugar que no se parece a ninguno. Un paisaje casi onírico con glaciares, montañas, alces, culturas nativas, bosques, aguas azuladas, herencias de poblaciones rusas y de ricos buscadores de oro.
Más allá de la típica imagen que existe en el inconsciente colectivo sobre este gigante estado de Estados Unidos, hay unos cuantos pueblitos y comunidades remotos entre la naturaleza y la nieve que vale la pena descubrir. Dentro de una extensión tan inmensa e imponente, Universo buscó los más interesantes, esos que parecen salidos de un cuento, para contarte todo lo que podés hacer si te animás a hacer un viaje diferente:
ANCHORAGE
Es una de las ciudades más al norte de la tierra, y aún así de alejada de todo cuenta con una excelente escena musical, muchos museos y teatros. A nivel gastronomía, este lugar ofrece restaurantes de alta categoría, con comida de mar como salmón, ostras, centolla e «hipoglosos» -un pez largo y plano delicioso-. Tiene más de doce parques naturales y 122 millas de senderos pavimentados para recorrer en bici y admirar al mismo tiempo el decorado de montañas, entre ellas la montaña Flattop, una de las más atractivas, de más de dos mil metros. En invierno Anchorage se convierte en un gran lugar para esquiar, con 130 kilómetros de senderos blancos. Las pistas más conocidas son la Hilltop Ski Area y la Alyeska Resort. Otra de las razones para visitarla está en su escenario salvaje pero accesible; podés conocer glaciares, escalar, pescar, avistar ballenas, hacer kayak y hasta recolectar frutos rojos alpinos del Arctic Valley en verano.
HOMER
Un pueblito idílico con no más de 5 mil habitantes perdido al final de la Península de Kachemak Bay, que alberga la escena artística más vibrante de toda Alaska. Tiene una gran cantidad de galerías de arte, salas de música, museos y teatros, todos inspirados en un paisaje increíble rodeado de picos nevados, glaciares y bahías de un color azul profundo. Además es reconocida por su gran cantidad de casas de café, tiendas de sandwiches gourmet, restaurantes de pescado -especialistas en salmón y centolla- y su espíritu innovador y emprendedor. Miles de turistas eligen esta ciudad que combina el arte con la naturaleza. Al otro lado de la bahía de Homer está el gran Parque Natural Estatal de la Bahía de Kachemak, un bosque eterno de 350 mil de acres y senderos para explorar a pie, además de espejos de agua para hacer kayak. A pesar del frío que uno imagina al solo mencionar la palabra Alaska, el clima en Homer es súper agradable (en invierno las temperaturas rara vez son menores a 0º y en verano alcanzan los 21ºC), y en verano la gente se acerca a las playas de la zona de Homer Spit para adorar las aguas, navegar en barco y avistar miles de águilas calvas.
FAIRBANKS
Una gran ciudad alejada del océano, a 200 millas del Círculo Ártico, que a pesar de su extensión tiene el encanto de un pueblito, porque los habitantes son muy unidos, tal vez para protegerse de los severos inviernos del lugar. Existe una gran cantidad de jóvenes gracias al Campus de la Universidad de Alaska que se instaló en esta ciudad. Las actividades más populares de Fairbanks son el esquí a campo traviesa en sus gigantes espacios nevados, las carreras en trineos con perros siberianos y las piruetas aéreas en avioneta. Estos deportes generan gran cantidad de eventos y campeonatos durante todo el año. Para quienes no son tan amantes del deporte, la ciudad también cuenta con una rica cultura relacionada a la fiebre del oro y museos para conocer su historia, además de invitar a la sorpresa con zonas en donde puede verse la aurora boreal. En verano la nieve se derrite y se pueden dar hermosos paseos en embarcaciones a vapor.
SITKA
Una verdadera Isla del Tesoro, a Sitka se puede llegar únicamente por aire o por agua. Está ubicada en la Isla de Baranof en el sur de Alaska. Es un pueblito encantador rodeado de aguas azules, con muchísimos restaurantes, locales y galerías de arte. Es conocido por albergar a las ballenas jorobadas en sus aguas, atracción para muchos turistas que también llegan a este lugar para pescar, hacer kayak, escalada y recorrer la isla en 4×4. Tierra de los Indios Tlingit, aún mantiene con orgullo su historia y valora el legado que ellos dejaron junto con los rusos, que en 1800 la proclamaban como «El París del Pacífico», debido a que gente de la alta cultura habitaba estas tierras. Hoy viven muchos músicos, artistas, escritores y actores que transmiten su arte a turistas y locales.
KETCHIKAN
Una ciudad sureña con una fuerte herencia indígena, cercana a British Columbia, Canadá. Tiene una rica historia que todavía hoy se celebra a través de diferentes tradiciones, museos y arte indígena vigente. Cuenta con atracciones varias; desde parques hasta curiosidades como el Tótem Heritage Center, un museo que tiene la mayor cantidad de Tótems del siglo XIX del mundo, además de otras obras de arte y objetos pertenecientes a sus ancestros indígenas. En contraposición Ketchikan también es un gran polo de entretenimiento y gastronomía súper trendy; ofrece diferentes clubes de jazz, donde tanto locales como turistas se juntan a tocar toda la noche, y restaurantes con delicias del Océano Pacífico: cremas de mariscos, centolla ahumada, hamburguesas de salmón, charqui de salmón, salmón curado, ahumado o en rolls.
Sin duda este paraíso de nieves, naturaleza salvaje y aguas océanicas tiene mucho para ofrecer y sorprender en cada uno de sus rincones. Tal vez por eso lleva su nombre: en lengua auletiana Alaska significa «tierra grande».
Links:
http://www.travelalaska.es/
http://www.alaskalatintours.com/
http://www.minube.com/que_ver/estados_unidos/alaska
Junio 2016